jueves, 18 de diciembre de 2008

En un burdel de la Roma

Siempre una primera vez
hay para todas las cosas
nunca se debe decir jamás
por que la vida se agota.

Ahora lo recuerdo bien
fue una parda madrugada
una copa dio a la otra y después
en la pista ella bailaba.

Se desnudó hasta los pies
él tan sólo la veía
avergonzado por la chica
que servía de entremés.
Ella en la pista bailaba
de un lado a otro sin brasier
él la mantuvo en la mirada
y se le enchinó la piel.

Fue su amiga hasta aquél día
que como mujer la vió
era un burdel de la Roma
y ella ahí se desvistió.



Se sonrojó,
tomó diez tragos
se volvió loco de pasión
ella era sólo su amiga,
y había robado su razón,
ella era sólo su amiga
y flechó su corazón.




Ella bajó muy orgullosa
tomo su ropa y se vistió
caminó sintiéndose otra
bebió un trago y se sentó.

El la vio desconcertado
y se marchó del lugar
ella lo siguió apenada
y caminaron sin hablar.

Pidió perdón, dijo lo siento
ya sin explicar razón
el la escuchó y en un momento
el caballero la perdonó.
No sin decir no me hagas esto,
no me lo hagas a mí,
me despertaste el sentimiento
yo no quería verte así.

Y ella aún sin comprenderlo,
con cariño lo abrazó
era su amigo, su compañero
y le dolía el corazón.


Se sonrojó,
mordió sus labios
lo encrudecía la pasión,
ella era sólo su amiga,
y le había robado la razón
ella era sólo su amiga,
y flechó su corazón.

1 comentario:

  1. a propósito de piropos extemporáneos: mi mamá también dijo que eres una gran escritora, no hablo de fama, pero si de buena poesía.

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